El capítulo 7 indica que en el contexto de las recientes crisis, algunas empresas han reestructurado parte de sus cadenas de valor y han cambiado a sus proveedores para hacer sus cadenas más resilientes y resistentes. Además de la integración de más proveedores regionales, estas reestructuraciones también reducen riesgos como la volátil evolución de los precios del transporte y los retrasos y fallos en las entregas, que se incluyeron en el cálculo del coste total del suministro de piezas.
En el proceso no sólo se busca activamente reducir el número de proveedores mediante la contratación dual y de abastecimiento cruzado, sino que al mismo tiempo, cumplir los objetivos éticos y medioambientales de sus empresas. Pero la integración de los proveedores y el intercambio requieren mucho tiempo. Los nuevos enfoques de digitalización a través de plataformas ofrecen oportunidades para establecer eficientemente el intercambio colaborativo y coordinar medidas estratégicas de manera oportuna.
Para dominar las cambiantes condiciones del mercado, se requiere una observación y evaluación constantes de la cadena de valor. Esto requiere una buena base de datos con accesibilidad dentro de la cadena de valor.
Datos fiables y colaboración
Las nuevas tecnologías mejoran el intercambio colaborativo entre los socios. Si se dispone de los datos adecuados y, por tanto, de transparencia a lo largo de la cadena de valor, los escenarios pueden aplicarse directamente en estrecha coordinación con los socios.
Los diferentes escenarios y los efectos de los riesgos pueden cuantificarse mediante simulaciones en cadena. Si se han desarrollado dichos escenarios, la cadena de valor puede adaptarse rápidamente y con la eficiencia y eficacia necesarias. Un estrecho intercambio en el seno de las cadenas de valor será indispensable en el futuro.
La volatilidad en las cadenas de valor será la nueva norma. Sólo una gestión integral de la cadena de suministro permite minimizar riesgos y adaptarse a las distintas evoluciones del entorno.

